domingo, 19 de octubre de 2008

BAJO EL SOL, LA OVEJA VUELVE AL REDIL

Bueno, aquí estamos de vuelta, el sol salió. Calor de afuera y adentro.


No soporto más tanta estupidez con las elecciones yanquis, tanto razismo escondido que los mercados se vuelven locos de solo pensar que un afroamericano, que todavía tiene a su abuelita en una aldea, rodeada de niñitos panzones, que vive en una choza, una abuela que se espanta las moscas negras también como ella, una abuela que se salvó de la esclavitud y pudo ser digna en su tierra, una abuela orgullosa de su nieto, una abuela que no tiene la menor idea del problema en que se está metiendo su nieto.

Sacar al mundo de la peor crisis del poscapitalismo, del capitalismo global, es una tarea enorme y más si se interpone la raza o la religión.

No sé que van a hacer los votantes de EEUU en el cuarto oscuro, donde de verdad nadie los vé, si obedecer a su inteligencia, o dejarse llevar por el ancestral impulso del razismo, el temor al diferente. Es increíble que la historia juegue estas cartas.

Yo debo reconocer que dentro del cuarto de votación siempre me dejé llevar más por el impulso que por la razón, casi votando imposibles, utopías sin la más mínima chance de ganar, pero, dejando de lado toda razon o conveniencia racional o personal, se termina votando con la emoción. Eso puede ser bueno si tu emoción está guiada por sentimientos de amor a la humanidad. Pero...

Que podemos esperar de muchos votantes que tienen todavía un pequeño KK Clan en su corazón? Podemos creer por más que las encustas lo digan, que la mayoría del pueblo norteamericano ha cambiado tanto en estos últimos años para elegir un presidente negro, y encima medio pacifista?

El superagente 86 a cargo de la prsidencia de los EEUU, ese llamado W, hizo mucho para llegar a esto. Sus inconcebibles errores y el extremo aprovechamiento del miedo que llevó al pueblo a entregarle la suma del poder, lo asemejan a un emperador romano enloquecido.

Y a grandes males, grandes remedios. Wall Street quiere retirar todas las ganancias antes del cambio presidencial, no vaya a ser que el próximo jefe sea un tipo de verdad democrático y busque y castigue a quienes abusaron del capitalismo.

Los financistas se equivocan al tener miedo al hombre de color. No deberían preocuparse tanto. Aún en el caso de ganar, para poder gobernar, se debe, irremediablemente, negociar con el poder real.

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