lunes, 20 de octubre de 2008

UN ÍCONO DEL POP-ART EN MENDOZA


Siempre quise hacer esto, meterme adentro de una obra de arte plástica, formar parte activa. Envidioso de aquellos que desarrollaron el arte pop en el Torcuato Di Tella, sentía estas obras inaccesibles. Pues el sueño del pibe se me cumplió, como verán. Hice todas las tomas posibles de una obra del maestro argentino Rogelio Polesello, esto en el museo Kilka que montó la empresa Salenstein. Un capricho cumplido.



Sobre el autor, u
na nota del Clarín dice: "Desde fines de los 50 hasta ahora, la obra de Polesello atravesó todos los espacios que forman parte de la historia del arte argentino de la segunda mitad del siglo XX. En 1968, Polesello obtuvo el premio Braque, el galardón más prestigioso del momento dedicado a jóvenes pintores, en medio de un clima polémico y politizado, como correspondía al espíritu de la época.

Si
bien es cierto que en ningún momento la obra de Polesello abandona los territorios de la abstracción geotrica, no se pueden interpretar de la misma manera aquellos primeros trabajos de fines de los 50 y comienzos de los 60, influidos por la teoría de la Gestalt y el arte óptico, que las imágenes fragmentadas, cargadas de reminiscencias ornamentales barrocas e ilusionistas de los años 80.



Entre estos dos momentos se recupera la sugerente producción de objetos de acrílicos que se convirtió en la impronta personal del artista en los años 60. La sabia articulación de formas cóncavas, convexas y facetamientos que realiza en un material transparente de reciente difusión industrial, funcionan como cristales que la luz atraviesa para dar cuenta de esa ilusión deformante que tiene lugar en el territorio del arte.

Heredero de la tradición constructiva que tanta fortuna tuvo en el Río de la Plata, Polesello ha preferido compartir ese linaje con las enseñanzas de su padre constructor. Acaso en esa fuente haya que rastrear también el riguroso oficio que exhibe cada uno de sus trabajos."
















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