viernes, 29 de agosto de 2008

THE TRUMAN QUINTANA SHOW

Hoy pasó algo que pensé nunca me pasaría. Sentí odio social. Para un tipo de la izquierda democrática no es algo fácil de digerir. Pero cuando un semáforo detuvo mi auto en calle Paso de los Andes y se me acercaron varios muchachones para pedir, sentí deseos de que se esfumaran, o sea de que no estuvieran, o sea, que si la la cosa se complicaba, por primera vez en la vida, pensé que si tenía un arma por ahí los liquidaba sin contemplaciones. Mal no?

El martes tres tipos se bajaron de un taxi y por una cartera mataron a un pibe en la Cuarta, zona hasta ahora tranquila. A los pocos días, allí mismo, le plantaron un puntazo en el abdomen a otro pibe, porque sí nomas. Me dicen que es la droga mala, el paco. No sé, es la explicación fácil. Yo creo que es odio.

Ayer, a la salida de la reunión que convocó el gobierno sobre seguridad, el cura que fue representado al arzobispado, fue cruzado por dos adolescentes en plaza España y golpeado hasta decir basta. Y el tipo venía de hablar de la situación social y la violencia!

Se hará realidad la lucha de clases, pero sin el marco del marxismo? No la lucha del proletariado. La lucha social será entre nosotros, los sobrevivientes de la clase media y los más humildes, los cada vez más desprotegidos y violentos?

Adonde nos lleva esto? Quien conduce el barco de la sociedad argentina hacia un témpano? Nadie responde. Esto es un espectáculo. Desde luego, la aristocracia mira detrás de los cercos de los barrios privados. Hagamos un alto en el combate callejero y saludemos a las cámaras que después la gente importante nos ve por cable. Los sábados a la mañana bajan al centro a ver las manchas de sangre en la vereda.


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