martes, 26 de agosto de 2008

VIVIR ENTRE CHILE Y MENDOZA

Estuve unos días en Chile y eso me despejó las vías respiratorias. Tenía, sorpresa, blanco lo blanco del ojo. La piel tenía color. El cuerpo estaba liviano. Subía por las escaleras como un satán. Gozando de otra condición gravitatoria. Como si estuviera en la luna.

Fue el Domingo. Después de cruzar la cordillera. En Uspallata empezó a manifestarse. Sequedad en la boca. Tos intermitente. El aire seco y caliente. Esa es la vuelta a Mendoza. Diez por ciento de humedad. El Zonda estaba allá en lo alto. Esperando.

Hoy ha vuelto el viento mandinga. Volvemos a sentirnos mal. Evitamos salir al exterior. postergamos todo lo postergable. Caen las ramas sobre los autos. Sobre los caminantes. se te llenan los pulmones de polvo. La garganta arde un infierno. Los ojos se irritan. Rojos ojos de demonios. todos los habitantes de la ciudad somos demonios. Mal carácter y ojos rojos.

Alguien me podría preguntar. No un mendocino. Alguien de otro lado. Porqué no te vas a vivir junto al Pacífico? Es una pregunta de difícil respuesta. Mendoza creció en esa pregunta. La ciudad entera. Un millón de habitantes se hace esa pregunta. Desde el tiempo de la colonia. Respondo. Respondemos. Nos gusta ser Argentinos.

Pero ojo. Podés seguir siendo argentino. Tirado en Reñaca. Subiendo por un ascensor en Valparaíso. En la Biblioteca Nacional de Santiago. Podés seguir siendo argentino afuera. Al viento Zonda lo perdono. Siempre estuvo ahí. Cuando cruzo la cordillera también llego al país de inestabilidad. Política, económica,social. No aprendemos de los errores. Somos peor que el Zonda.

1 comentario:

Eva dijo...

si es por elegir... prefiero ser valpariense (no porteña, se puede prestar a confusión)y venir a mendoza de paseo para la vendimia...